Cristobal Ortega nació en Quito el 24 de octubre de 1965, es un artista plástico que revolucionó el arte de la dáctilopintura en Estados Unidos.
Realizó sus estudios en el Centro de Extensión Cultural universitaria (CECU)
Quito-Ecuador, posteriormente realizó un Curso Internacional de cultura y desarrollo (Palacio de
convenciones de la Habana Cuba), el Curso políticas Culturales. Segundo congreso internacional
La Habana Cuba y el Curso de investigación sobre arte y cultura La Habana Cuba.
Cristobal Ortega ha dibujado tan solo con sus dedos 100 cuadros en 60 minutos,
convirtiéndose en el pintor más rápido del mundo, atribuyendo esta destreza a
la energía que recibe de sus antepasados y de la Pacha Mama.
Su primer trabajo recibió 50 sucres, era un retrato que lo dibujó en la Plaza de la Merced, en el Centro Histórico de Quito, con lo cual compró hojas de papel y algunos carboncillos Fue ahí donde tomó la decisión de hacer su inversión inicial para lo que más tarde se transformaría en su profesión.
Hojas de papel y algunos carboncillos serian desde entonces sus compañeros inseparables por algunos años, junto al letrero "pinto retratos en tres minutos" que fueron dejando clientes satisfechos y su deseo de seguir adelante. Al cumplir los 22 años decidía dar un rumbo diferente a su manera de hacer arte, lo que no fue una determinación al acaso, sino la respuesta al llamado de su cuerpo, mente y espíritu de hacer de sus dedos y manos los instrumentos que utiliza su cerebro para plasmar las imágenes que van naciendo.
"Como heredero legítimo de saberes artísticos
ancestrales, que legaron nuestros abuelos y abuelas, hemos asumido de
generación en generación la responsabilidad de seguir creando los sentimientos
más internos y profundos del ser, donde el ser no muere sino trasciende a la
vida eterna, en mi obra transmito toda esa fuerza energética del Padre Sol, que
nos da la vida con gran intensidad, ahí nacen los animales como el cóndor de
los andes que representa la libertad, la serpiente la sabiduría, el puma la
fuerza, la rana la fertilidad, que luego se transforman en personas y seres
especiales, como el hombre guerreando la vida eterna, y luego retornan
espiralmente al centro del mundo, para recibir la ráfaga de energía del 21 de
marzo, donde la tierra se ha acercado lo máximo al sol, y nuevamente haga
renacer a la tierra, comienza un nuevo año, un nuevo sueño y nuevos proyectos. Mis colores rojos, amarillos y ocres, representan la luz de
la vida, los sentimientos de paz, con caras de bronce y de piedra y máscaras
unidas al Tumi el portador de la unión de los cuatro vientos que se nutre el
yachac que es el médico milenario para adentrarse a la gran fiesta ceremonial
donde unidas las tres fuerzas se convive en la eternidad." (Cristóbal Ortega)
Imparte cursos para niños ?
ResponderEliminarDonde y costo por favor gracias.